revilla en palermo

Abstracts & Papers de Hector Revilla en la Maestria de Gestion en Diseno de la Universidad de Palermo Bs. As. Argentina

martes, octubre 04, 2005

La restricción es la madre del diseño.


“De un material tan dócil y maleable como la plastelina no puede salir nada destacable, en cambio el mármol con su dureza y resistencia nos ha revelado obras maestras, todo esto gracias a la resistencia que le ofrece al artista”.
Anónimo.

La metodología pedagógica que se emplea en la mayoría de las escuelas de diseño del mundo propicia expresar la creatividad sin límites. Los proyectos académicos de diseño raramente consideran las restricciones como parámetros de diseño. Los valores culturales del entorno, el costo de producción, los materiales empleados, la ergonomía y otros aspectos restrictivos no suelen establecerse al momento de plantear el objeto a diseñar. Suele pensarse que un alumno debe de diseñar sin límites durante su paso por la escuela, estos límites serán puestos en su camino durante su vida profesional; mientras este aprendiendo a diseñar no hay límites.

El diseño industrial como todo proceso creativo necesita tener parámetros que delimiten el campo de acción del mismo. Contra todo pensamiento libertario, la presencia de parámetros es condición sine quanon para que el diseño industrial responda al propósito que lo convoco. Probablemente profesiones no proyectuales, que busquen aflorar expresiones personales, vean esto de los parámetros como restricciones que amputan la creatividad del artista, pero recordemos que el diseño necesita de una metodología de trabajo mientras que el arte no, y las restricciones son parte de la metodología del diseñador.
Pintores o escultores necesitan de una introspección sin limites para expresar sus ideas acerca de algo; en el caso del diseño industrial se da una particularidad trascendental, el diseño no pretende darle protagonismo a la estética del diseñador sino de ser una respuesta racional, funcional, emocional y concreta a un requerimiento dado por el cliente. Como actor de reparto esta el esteticismo del diseñador, integrando y armonizando el producto mas no siendo el producto en si.

Para conseguir esto, el diseño industrial, requiere ponerse restricciones para responder eficazmente a las necesidades o requerimientos, por tanto las restricciones entendidas como los parámetros del diseño son necesarias para la labor proyectual. Profundizando esto, las restricciones se van definiendo desde el entorno en el que surgió el requerimiento: el entorno cultural del consumidor, si es una sociedad de consumo o una sociedad comunista, si será un objeto para un usuario directo o para uno indirecto, el precio final del producto, la cadena de comercialización y sus especificaciones, etc. Todas estas restricciones objetivas se presentan en la labor proyectual del disenador industrial y es difícil responder a todas, pero se deben de tener como parámetros para ir definiendo la propuesta.

Esta noción ha estado presente en el entorno del diseño desde hace mucho tiempo. El arquitecto vienes Adolf Loos fue un critico severo del Art Nouveau y de sus diseñadores representativos. El Art Nouveau para sus cultores era la oportunidad perfecta para reunir arte y vida, exaltando las formas floridas y fusionando objetos con hombres, personalizando el objeto en función al cliente. Para Loos esto era una transgresión a los límites del diseño, una perdida de las constricciones objetivas necesarias para la definición del objeto diseñado. Loos puede parecer demasiado duro e intolerante para algunos de nosotros pero es imposible pasar por alto su manera de pensar sin analizar su enfoque.

Este enfoque se observa también en la obra de Foster. Hal Foster en su libro “Diseño y delito”[1] observa que en el diseño surgen estilos que no ven que los limites objetivos son necesarios para el margen de maniobra que debe tener todo desarrollo proyectual. A pesar que Foster hace referencia a un estilo que corresponde a una época en la cual el diseño rechazaba el industrialismo, el diseño hoy por hoy esta amalgamado a la industria y al consumismo. Tiene más margen de maniobra por que sus límites se han expandido gracias a nuevas tecnologías y formas culturales mas difundidas pero sigue teniendo en cuenta a las restricciones al momento de proyectar debido a la industria misma. La producción industrial impone restricciones presupuestarias, tecnológicas y materiales; por otro lado el marketing también termina poniendo restricciones culturales a la labor proyectual. Esta es la realidad en la vida laboral del diseñador industrial.

Como punto final volvamos a leer el párrafo que encabeza este abstract y entendamos que se deben de mantener las restricciones para diseñar por que de ahí surge la creatividad.




[1] Foster, Hal “Diseño y delito”. Akal Ediciones, Madrid, 2004.
Hector E. Revilla Delgado