Tomando posición ante nosotros mismos. El diseño como espejo.
La metodología de trabajo que emplee el grupo de diseñadores debe de tomar en cuenta la posición que la agencia tomara ante el requerimiento solicitado y aplicar con el criterio debido, la mejor solución en cuanto al diseño se refiere.
Y para esto hay que tener muy claros ciertos conceptos sobre el diseño y lo que significa ser diseñador.
El diseño no es otra cosa que las artes aplicadas a los problemas que presentan los productos, ya sean gráficos, arquitectónicos o industriales, aplicación hecha de manera proyectual. Como diría Charles Eames, “el diseño es una expresión del propósito. Puede (si es lo suficientemente bueno) ser considerado como arte”. Vemos que el diseño debe de encontrar la solución a los problemas que surgen de la relación entre usuarios y productos, por lo tanto al diseñar un creativo, debe de ocuparse de encontrar las respuestas que surgen de las necesidades de esta relación, no debe de generar necesidades. Generalmente los diseñadores caen en ese error, buscan generar necesidades para justificar su ímpetu por manifestar su opinión personal mediante sus diseños.
Esta mala interpretación es motivada en parte por la propia sociedad que le asigna el término diseño a todo lo que sea novedoso y vistoso. Es común escuchar que se mencione la palabra “diseñado” para nombrar a cualquier objeto que no sea de estilo antiguo o que sea muy vistoso. En algunas empresas manufactureras se aplica el término diseño para colgarse el cartel de empresa de vanguardia tecnológica, capturaron al diseño para usarlo como parámetro de modernidad. El diseño, en su real sentido, y el buen criterio para aplicarlo, deben ser lo que una empresa exhiba ante la sociedad. Las escuelas en donde se forman los diseñadores, realizan su labor sin considerar el vínculo vital que debe existir entre el diseñador y su hábitat natural, se nos instruye para cubrir vacíos estéticos no para responder a propósitos industriales. Esto se demuestra en la excesiva importancia que se le da a igualar nuestros productos a los foráneos, dejando de lado las necesidades que nuestra industria genera.
Diseñamos sin formar una cultura propia del diseño, y esto lo hacemos por que nos enseñan a analizar sin tener en cuenta la relación producto-realidad industrial.
Como vemos la idea del diseño varia entre todos los componentes del desarrollo de productos, por un lado están los consumidores que califican o descalifican en base a un concepto errado de lo que es diseño; las empresas dedicadas a la manufactura tienen su propia idea sobre la importancia del diseño dentro de su organización y por ultimo los propios diseñadores tienen un idea preconcebida sobre su propia profesión y su rol como creativos, idea errada como ya se explico líneas arriba.
Este seminario ayudo mucho a mi tema de tesis y a cambiar mi percepción sobre mi rol como diseñador. En cuanto al tema de tesis, el aporte se dio en que se debe de tomar en cuenta la necesidad local del proyecto encargado. Esto para diseñar de acuerdo al lugar donde se presenta la necesidad, para cada lugar hay que desarrollar un método de diseño propio y no copiar de un método foráneo o aplicado en otra forma. Esta metodología que se hace cada vez más prioritaria para diseñar apropiadamente y no caer en inconsistencias, es también necesaria para nuestra agencia.
Si tenemos la idea de formar un grupo creativo de disenadores que estando distantes física y geográficamente debemos tener un método de trabajo que incluya un análisis de la realidad industrial, económica y social de cada lugar en donde se nos ha encargado el proyecto (identificar la necesidad local). De no lograr esto, caeremos en el error de transplantar diseño de un lugar a otro, y no estaremos satisfaciendo ni al cliente, ni a la sociedad consumista del lugar ni a la esencia del diseño mismo.
El diseño tiene la cualidad, por suerte para los creativos, de ser sui generis para cada necesidad; no se puede emplear el mismo análisis ni la misma propuesta para dos propósitos distintos ni similares. Esta cualidad hace que por un lado la profesión de diseñador no sea rutinaria y por el otro la convierte en una profesión que se retroalimente de manera practica no teórica. Cada encargo es un reto distinto que provoca sensaciones distintas para el diseñador, por lo tanto debemos tener como disenadores y como grupo de creativos un sin numero de códigos y no pensar en que existe una ideología universal para resolver problemas o necesidades.
Teniendo en claro como debe de ser la metodología de trabajo colectivo, debemos generar también una metodología individual en cada uno de los creativos del grupo de trabajo.
Para ser diseñador hay que ser sensible, receptivo y analítico; añadámosles el ser conciente de la posición que tenemos ante la sociedad. Como se vio en este seminario. Los disenadores debemos definirnos ante el diseño y dejar a un lado nuestro sentir hacia el mismo. Olvidémonos de nuestra definición personal y rescatemos la definición real del diseño.
Por educación tenemos la inclinación a generar necesidades en nuestro medio para ahí poner a la venta nuestros diseños y así expresar nuestra definición sobre ya sean sillas, objetos de decoración, etc. Recordemos que el diseño también posee responsabilidad social y en la medida en que resolvamos las necesidades que surgen en nuestra sociedad y en nuestra cultura estaremos concretando el propósito del diseño.
Teniendo un grupo y a cada individuo que lo compone con las ideas claras sobre lo que implica ser diseñador y hacer diseño, estaremos poniendo nuestro conocimiento, sensibilidad, inteligencia y respeto en el producto que desarrollemos.
Elegí como final de este abstract, un par de frases dichas por Norberto Chaves, las elegí por que me parecieron que encerraban mucho de lo que pretendo con este abstract: “para transformar la realidad hay que respetarla primero” y “un diseñador con vocación de servicio puede con ayuda de otros profesionales generar respuestas a necesidades, mas al margen de lo que aprendió en la escuela.”
Héctor E. Revilla Delgado

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